Expertos de la UOC reflexionan sobre lo que significa ser periodista hoy y los retos a los que deberán enfrentarse los profesionales de la información en el futuro





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La pandemia de la COVID-19, las restricciones y el distanciamiento social han cambiado las rutinas periodísticas en medios de comunicación de todo el mundo. Los profesionales no solo se han visto forzados a teletrabajar, sino que también han tenido que explorar nuevas formas de acceder a las fuentes de información. «A ello se añaden otro tipo de factores que dificultan cada vez más la esencia y el ejercicio del periodismo: las inversiones de los grandes poderes económicos en la prensa, la crisis económica en los medios, las presiones políticas sobre la libertad de prensa, el caso de Donald Trump, y la violencia —según la ONU, 59 periodistas fueron asesinados en 2020, cuatro de ellos mujeres—», indica Diana Marcela Tinjacá, antigua alumna de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y coordinadora adjunta de edición internacional de la Agencia EFE en América.

Con la proliferación de las noticias falsas (fake news) y el incremento en el consumo de noticias con el confinamiento, se ha generado un fenómeno de caos de la información que la ONU ha calificado de infodemia. En este último año, el auge de las noticias falsas y el protagonismo de canales digitales a través de los cuales se distribuyen desinformaciones no solo está afectando a los usuarios de las plataformas, sino también a los profesionales de la comunicación que trabajan en estos entornos, pues, además de que adquieren especial relevancia en tiempos de crisis como el actual, se extienden con mayor rapidez que la verdad. Las cifras lo confirman: en concreto, tienen un 70 % más de probabilidades de ser reproducidas, según un estudio del MIT.

«El miedo constituye un caldo de cultivo inmejorable a la hora de captar nuestra atención, incluso en contextos de saturación informativa», afirma Alexandre López Borrull, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. El experto añade que «no solo atendemos prioritariamente a aquellos contenidos que conectan con nuestros miedos, sino que también tendemos a divulgarlos con mayor intensidad y celeridad», y si las noticias falsas se aprovechan de emociones como el miedo, el asco o la sorpresa, tienen más probabilidades de ser compartidas.

Ante este contexto, los periodistas se han visto en la necesidad de actualizar e incluso desarrollar nuevas competencias y habilidades que les permitan verificar los contenidos que les llegan de forma rápida y efectiva usando nuevas herramientas digitales a su disposición.

«Los grandes medios están invirtiendo en la creación de servicios especiales para verificar información, dada la expansión de datos, fotos o videos falsos por las redes que incluso se hacen virales. Esta verificación consiste en tratar de ir a la fuente original y contarle a la gente si se trata de un montaje. Ese tipo de información es muy popular cuando se trata de crisis, como la sanitaria actual, o eventos políticos, como las elecciones. Eso sí, definitivamente, lo que no se puede hacer como periodista es consultar a una actriz o modelo sobre un tratamiento para el coronavirus, y lo hemos visto recientemente en medios que quieren ganar lectores con titulares controversiales», indica Tinjacá.

¿Cuál es el futuro del periodismo?

La tecnología será el eje central que definirá el futuro de la profesión, según la directora del máster universitario de Periodismo y Comunicación Digital: Datos y Nuevas Narrativas, Candela Ollé. «Será clave la adaptación y el buen uso que se haga de ella. Además, la estructura de la comunicación actual hace que el esquema de un emisor y muchos receptores haya cambiado. Por tanto, las redes sociales y los blogs, por ejemplo, son un contexto que facilita el intrusismo profesional y las noticias no contrastadas. Por todo ello, veo clave el uso y la puesta en valor de la ética y los códigos deontológicos», afirma. David Sancha, tutor del máster universitario de Periodismo y Comunicación Digital: Datos y Nuevas Narrativas de la UOC, trata de ver el futuro de la profesión con optimismo: «El periodista se ha reinventado a lo largo del tiempo y, en muchos casos, ha tomado como propias las innovaciones tecnológicas. Igual que la linotipia llevó a escribir pensando en las cinco W y la «pirámide invertida», las TIC ponen al servicio de los periodistas más y mejores herramientas que deben servir para extender el espíritu original de la profesión: explicar lo que sucede.»

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