Reclama el sacerdote de San Judas Tadeo de San Luis, Arizona que se haga oído sordo a la caridad por parte de autoridades, pues unos 100 centroamericanos fueron transportados al templo, donde les dijeron que pueden ser atendidos, en lugar de que se disponga de espacios públicos 

Por Catalina Navarro

San Luis, Arizona.- De 70 a 80 centroamericanos estén siendo apoyados por feligreses católicos que se unieron al párroco de San Judas Tadeo, de esta ciudad, para darles albergue, alimento y ayuda en la obtención de sus boletos de avión para reencontrarse con sus familias en Estados Unidos, tras ser dejados desde el lunes en la zona urbana de la avenida F, cerca del puerto comercial.

Transportados por taxistas o policías, luego de que pudieron llegar a las instalaciones municipales, donde, según algunos inmigrantes, les dieron únicamente agua, los centroamericanos, mayormente de Guatemala, que cuentan con permiso de estar en Estados Unidos mientras llega su fecha de Corte para Asilo, fueron llevados al templo católico.

“Según me platican algunos, (los agentes federales) los dejaron en el desierto”, lamentó el Padre Abraham, “me platicaron que cuando los sacaron de donde estaban, no sé de dónde, los pusieron en autobuses pequeños y les dijeron que los iban a llevar a lugares seguros”.

Sin embargo, aseguró el sacerdote, “les dieron una vuelta y los abandonaron como si fueran basura”.

Aclaró que “la Iglesia está abierta a la caridad, eso no es punto de discusión, pero a la caridad bien hecha”.

Agregó que la doctrina católica de la caridad implica que “no es de dientes para afuera, es un distintivo que nos permite servir a Cristo, que está en los pobres, en los necesitados”.

En ese sentido, el Padre expresó estar “decepcionado de las autoridades municipales, a las que hago un reclamo justo para que dispongan de espacios donde estas personas, que son hijos de Dios, y no vienen pidiendo limosna, puedan descansar mientras se reencuentran con sus familiares”.

Destacó que, a pesar de que gracias a la generosidad de los feligreses se logró reunir comida y otros artículos de limpieza y cobijas para acomodar a los inmigrantes en los saloncitos de catecismo, en el templo no se cuenta con la logística necesaria para responder de manera más apropiada.

Por ello, refirió que se colocó un letrero en el cerco del templo donde se indica que no se acepta a más personas, y una disculpa, “porque no quiero hacer caridad a medias, sino asegurarme de que los que quepan aquí reciban el trato que se merecen, no voy a permitir que se quede gente en la intemperie y expuesta a animales del desierto o a enfermarse”.

Dijo que desde el lunes se ha utilizado el único baño con ducha por más de 70 personas que hacen fila literalmente para su turno y sumadas a las familias que siguen llegando a las afueras del lugar, llegan cerca de las 100.

“Todo este día (martes) se ha utilizado mi computadora para que estas personas busquen y compren sus boletos de avión, lo es que insuficiente, porque veo que seguirán llegando”, agregó.

Por ello, exige a los funcionarios públicos de San Luis, Arizona a que dispongan de espacios donde se puedan quedar las familias de centroamericanos a descansar, alimentarse y que haya computadoras y teléfonos para facilitar el transporte aéreo y su comunicación con sus familiares en el país para que les envíen dinero de manera segura para poder hacerlo.

“Lo que debieron hacer las autoridades federales son comunicarse con los obispos de la Diócesis (de Tucson, de donde depende su iglesia), para avisar que iban a traer estas personas, y luego los obispos se comuniquen con nosotros en el Vicariato de Yuma y La Paz para coordinarnos, de otra manera estoy solo en mi parroquia e imposibilitado para hacer lo que estas personas merecen”, refirió.

Por su parte, José Luis Reyes, uno de los voluntarios que apoya desde el martes, lamentó que “las autoridades no hayan respondido, pero cuando quieren nuestro voto ahí los tenemos hasta en nuestras casas, es una tristeza que nos dejen todo aquí al padre y a nosotros, porque la iglesia no está acondicionada para esta gran necesidad”.

Reyes se unió al llamado “justo del padre Abraham para que la Ciudad aporte y ayude”.

Durante la noche del martes, Reyes, María Rita Borquez y Héctor Madrigal, entre otros, ayudaron al padre Guerrero para reunir los alimentos donados, entre ellos pan, frutas, platillos preparados como una olla de caldo de res, que a decir de Rita “ha rendido para casi todos y sigue llena, es una bendición de Dios”, pizzas y jugos.

Las donaciones que urgen son pañales de bebé, toallitas húmedas, productos de higiene como champú, desodorantes, cepillos de dientes, pasta, jabones; ropa de bebé, niños y adultos, cobijas, mantas, dinero o formas de transporte para Yuma para llevarlos al aeropuerto o a la central de autobuses interestatales.

Los interesados en apoyar pueden llevar sus donaciones al templo ubicado en la esquina de la calle Main y bulevar Cesar Chávez (antes Juan Sánchez) o llamar a los números 928 627-8011 del templo; 928 627-0137 con José Luis Reyes, o al 928 285-4982 con María Rita Borquez.

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